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El Decálogo del Oblato
1.- Amarás a Dios sobre todas las cosas y todo harás para su gloria con sentido de oblación.
2.- No buscarás ningún beneficio personal en lo mucho o poco que hagas, y tu único interés será la construcción del Reino en la tierra.
3.- Buscarás siempre hacer el bien a los demás y evitarás hacerles el más mínimo mal construyendo la fraternidad que es lo esencial del reino.
4.- En todo buscarás evangelizarte y evangelizar con entusiasmo y sin cansancio porque para ello fuiste llamado, consagrado y enviado.
5.- Siempre estarás disponible para servir a toda persona de la misma manera con amor, respeto, sencillez y amabilidad.
6.- No te considerarás más importante ni más grande que los demás, porque eres servidor y no patrón. Porque buscarás siempre escuchar, aprender, servir, guiar, pero NO imponer tus caprichos.
7.- El sufrimiento y el sacrificio lo aceptarás con alegría como una consecuencia de tu entrega o donación que fue y es libre y por lo tanto generosa. Lo que más trabajo o sacrificio cuesta es lo que más vale.
8.- Serás pobre, humilde, sencillo y servidor; amable, respetuoso y amistoso con toda persona, porque todo hombre es tu hermano.
9.- En todo lugar estarás contento porque para un oblato su gusto es darle gusto a Dios haciendo su voluntad. Nada pedir, nada rehusar.
10.- Siempre buscarás ser tú mismo, es decir, libre. Sin que nada ni nadie te ate, te condicione, te limite, te impida ser lo que eres en todo momento y lugar.
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